El ascensor es uno de los servicios más utilizados en un edificio y, al mismo tiempo, uno de los que más responsabilidades exige a una comunidad de vecinos. Sin embargo, no siempre se le presta la atención que merece.
Muchas comunidades cometen errores frecuentes en el mantenimiento de sus ascensores que, aunque parecen pequeños descuidos, pueden acabar en averías costosas, sanciones legales e incluso riesgos para la seguridad de los usuarios.
En este artículo, de Ascensores Pertor, repasamos los fallos más habituales y por qué es importante evitarlos.
Uno de los errores más comunes es aplazar las inspecciones o las revisiones periódicas para “ahorrar” dinero. El problema es que el ascensor no deja de funcionar de un día para otro: suele dar señales que, si no se atienden a tiempo, pueden convertirse en una avería mucho más cara y complicada de reparar.
Además, la normativa española exige inspecciones periódicas, y no cumplir con ellas puede suponer sanciones y responsabilidades legales en caso de accidente.
Un ruido extraño, un movimiento brusco, una luz que parpadea… muchos vecinos avisan de incidencias que parecen menores, pero la comunidad a veces no les da importancia. Ignorar estas señales es un error, ya que suelen ser la antesala de un problema mayor. Lo recomendable es avisar al servicio técnico en cuanto surja cualquier anomalía, por pequeña que parezca.
A la hora de elegir empresa de mantenimiento, algunas comunidades se dejan llevar únicamente por el precio más bajo. Aunque pueda parecer un ahorro a corto plazo, en muchos casos los servicios demasiado económicos no incluyen todas las coberturas necesarias, tienen tiempos de respuesta más lentos o trabajan con piezas de menor calidad. Esto acaba suponiendo mayores costes a largo plazo y, lo que es peor, más riesgos para la seguridad de los usuarios.