Los utilizas con mucha frecuencia, no puedes ni imaginarte cómo llegarías hasta las plantas más altas de los edificios si no existieran… pero la verdad de la verdad es que sabes muy pocas cosas sobre esas máquinas que te transportan diariamente de una planta a otra.
¿Te gustaría aprender más sobre elevadores? En Ascensores Pertor hemos preparado una selección de 5 curiosidades sobre los ascensores que probablemente no conozcas.
1. En la edad media también había ascensores
Como lo estás leyendo. Lejos de ser un invento moderno como muchos podrían pensar, los ascensores existen desde hace tiempo atrás. En la antigüedad, ya había sistemas de elevación que permitían movilizar a personas y objetos a diferentes alturas con mayor facilidad. Eran rudimentarios, sí. Pero cumplían a la perfección su misión. La única diferencia, es que en lugar de utilizar motores o tecnología como la tenemos en la actualidad, tenían un funcionamiento basado en mecanismos de tracción que empleaban la fuerza animal o humana para mover la cabina.
2. El “ascensor del amor” existió y su dueño era Luis XV de Francia
Vale, oficialmente nadie lo llamaba el ascensor del amor. Pero la anécdota de Luis XV de Francia es una de las más curiosas y recordadas de los inicios de los ascensores. Se dice que el monarca ordenó instalar un elevador en la fachada del Palacio de Versalles con el objetivo de poder visitar cada noche a su amante sin tener que atravesar de punta a punta el Palacio. La mujer, que vivía en la segunda planta, recibía diariamente la visita del Rey quien subía en un ascensor que funcionaba mediante un mecanismo de poleas.
3. El mecanismo de freno marcó el inicio de los ascensores que conocemos
Antes de que el mecanismo de freno de los ascensores fuera creado, la seguridad era una preocupación generalizada. ¿La razón? Que bastaba solo con cortar la cuerda que sostenía la cabina para que un ascensor se desplomara. Pero esto cambió en 1853 cuando Elisha Graves O. reveló por primera vez el invento que lo cambiaría todo y que se convertiría en el primer paso para el desarrollo de los ascensores tal como los conocemos: ¡el freno!
Él mismo durante una exposición en Nueva York probó con éxito el mecanismo subido en una plataforma de madera y ante la atenta mirada de todos los asistentes, revolucionando a partir de entonces la industria de la elevación.
4. Las puertas con cierre automático son un invento relativamente reciente
¿Alguna vez te has subido a un ascensor antiguo en el que tú mismo tienes que cerrar las puertas? Pues ese tipo de ascensores eran los únicos que existían hasta bien entrada la década de los años 50. No fue hasta el 30 de agosto de 1957 cuando aparecieron las puertas automáticas en los ascensores de pasajeros, un avance que no solo haría más cómoda la experiencia de los usuarios, sino que también permitiría prescindir de los operadores que abrían y cerraban la puerta manualmente.
5. Dentro de un ascensor nos comportamos siguiendo el “esquema de los dados”
Para la mayoría de las personas, viajar en un ascensor con otros pasajeros desconocidos resulta incómodo. Al ser una zona tan pequeña, tendemos a sentir invadido nuestro espacio personal y, para contrarrestar este efecto, solemos adoptar un particular comportamiento.
Se le conoce como el “esquema de los dados” y determina la posición que vamos adoptando según viajemos con dos o más personas en el ascensor. Según esta teoría, las personas se van ubicando de manera natural como formando las caras de un dado: en el centro si viaja una sola persona, en las esquinas si son dos, formando un triángulo si van tres… y así sucesivamente hasta llegar a seis. Curioso, ¿verdad?